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martes, 16 de abril de 2013

Las uvas de la ira. Capítulo 17: "Familias"


Se describe como los grupos de familias se van uniendo a causa de las circunstancias, ya que todos están en la misma situación y con el mismo objetivo: trabajar y vivir.
Por todo ello, los grupos de familias se ayudan los unos a los otros, formando así una unidad.
“Se juntaban porque todos estaban solos y confusos, porque todos provenían de un lugar de tristeza y preocupación y derrota y porque todos se dirigían a un sitio nuevo y misterioso; se hablaban juntos; compartían sus vidas, su comida y las esperanzas que tenían puestas en su destino. Así, se daba el caso de que una familia acampaba a la orilla de un arroyo, y otra acampaba allí por el arroyo y por la compañía, y una tercera lo hacía porque dos familias habían sido pioneras en la acampada y habían encontrado que era un buen lugar. Y al ponerse el sol, quizá se hubieran reunido allí veinte familias con sus veinte coches.” [p.296].
“Al atardecer ocurría algo extraño: las 20 familias se convertían en una sola, los niños acababan siendo hijos de todos. La pérdida del hogar se transformaba en una única pérdida y el sueño dorado del oeste era un solo sueño. Y podía ser que la enfermedad de un niño llenara de desesperanza los corazones de veinte familias, de un centenar de personas; que un parto en una tienda tuviera aturdidas y calladas a 100 personas a lo largo de la noche y les invadiera por la mañana la dicha del nacimiento. Una familia que la noche anterior se sentía perdida y atemorizada rebuscaría entre sus pertenencias para encontrar un regalo para el recién nacido. A la caída de la tarde, sentadas alrededor de las hogueras, las veinte familias llegaban a ser una. Se integraban en las unidades de los campamentos, de los atardeceres y de las noches. Los hombres cantaban las letras y las mujeres tarareaban las melodías.” [p.296].
Todas las noches se creaba un mundo, completo, con todos los elementos: se hacían amistades y se juraban enemistades; un mundo completo con fanfarrones y cobardes, con hombres tranquilos, hombres humildes, hombres bondadosos. Todas las noches se establecían las relaciones que conforman un mundo; y todas las mañanas el mundo se desmontaba como un circo.” [p.297].
“Al principio las familias levantaban y desmantelaban los mundos con timidez, pero paulatinamente hicieron suya la técnica de construir mundos. Entonces surgieron líderes, se hicieron leyes y aparecieron los códigos. Y conforme los mundos se movían hacia el oeste, eran más completos y estaban mejor equipados, porque los constructores tenían más experiencia.” [p.297].
“Las familias aprendieron los derechos que debían respetar: el derecho a la intimidad en la tienda; a mantener los pasados negros ocultos en sus corazones; el derecho a hablar y a escuchar; a rehusar o aceptar ayuda; a ofrecerla o no; el derecho de un hijo a cortejar y de una hija a ser cortejada; el derecho del hambriento a recibir alimento; los derechos de las mujeres embarazadas y de los enfermos, que transcendían todos los demás derechos.” [p.297].
“Y las familias aprendieron, aunque nadie se lo dijo, que hay derechos monstruosos  que hay que destruir: el derecho a invadir la intimidad, a hacer ruido mientras el campamento dormía, a seducir o violar, al adulterio, al robo y al asesinato. Estos derechos eran aplastados porque los pequeños mundos no podrían existir ni una noche con semejantes derechos vigentes.” [p.297].
“Y conforme los mundos avanzaban en dirección al oeste, las normas se convirtieron en leyes, aunque nadie se lo dijo a las familias. Va contra la ley ensuciar cerca del campamento: es ilegal contaminar de cualquier forma el agua potable; es ilícito comer buenos alimentos cerca de uno que tiene hambre, a menos que se le ofrezca compartirlos.” [p.298].
“Y con las leyes venían los castigos, y sólo había dos: una lucha rápida y a muerte o el ostracismo; y éste era el peor. Porque si uno infringía las leyes, su nombre y su rostro iban con él y ya no había sitio para él en ningún mundo, cualquiera que fuese el lugar en el que se crease.” [p.298].
“En los mundos, la conducta social se volvió rígida y fija; así, un hombre, debía decir “buenos días” cuando se le saludara; un hombre podía tener una chica que estuviera dispuesta si se quedaba con ella, si se portaba como un padre con sus hijos y los protegía. Pero un hombre no podía tener una chica una noche, y otra la noche siguiente, porque esto haría peligrar los mundos.” [p.298].
“Las familias se movían hacia el oeste y la técnica de levantar  mundos mejoró para que la gente se sintiera segura en ellos; y el patrón era tan fijo que una familia que se atuviera a las normas sabía que podía sentirse segura.” [p.298].
“Se desarrolló en los mundos un gobierno, con líderes, con ancianos respetados por todos. Un hombre sabio se dio cuenta de que su sabiduría era necesaria en todos los campamentos; la estupidez de un tonto era la misma en todos los mundos. Y una especie de seguro surgió en estas noches. Uno que tenía comida alimentaba a un hambriento y así se aseguraba contra el hambre. Y cuando un bebé moría un montón de monedas crecía a la puerta de la tienda, porque un niño debe tener un buen entierro, ya que no ha tenido nada más en la vida. A un viejo se le puede enterrar en la fosa común, pero a un bebé no.” [p.299].
“Es necesario un patrón físico determinado para levantar un mundo:…” [p.299].
 “Y los mundos se levantaban al final de la tarde. La gente, dejando la carretera, los hacía con sus tiendas y sus corazones y sus cerebros.” [p.299].
Cada miembro de la familia encontró su puesto, aceptó sus deberes; cada uno, viejos y jóvenes, tenía su lugar en el coche; en los cálidos atardeceres, cansados, cuando los coches se detenían en los campamentos, cada miembro debía cumplir una tarea y se ponía a ello sin necesidad de levantar las tiendas y bajar las camas, las mujeres a preparar la cena y vigilar mientras la familia se alimentaba. Y esto se hacía sin órdenes.” [p.299].
“Las familias, que habían sido unidades cuyos límites eran una casa por la noche, una granja durante el día, cambiaron esos límites. Durante los días largos y calurosos permanecían silenciosos en los coches, avanzando lentamente en cualquier grupo que encontraran.” [p.300].
“De esta forma su vida social cambió: cambió como sólo es capaz de hacerlo el hombre entre todas las criaturas del universo. Dejaron de ser granjeros para convertirse en emigrantes.” [p.300].
“Y una nueva unidad se había formado. Llegaba el crepúsculo, pero antes de que la oscuridad lo cubriera todo la nueva familia pertenecía al campamento. Se había pasado la voz entre las familias. Eran gente conocida… buena gente.” [p. 302].
“Entonces el grupo se soldaba en una unidad, de forma que en la oscuridad los ojos de la gente miraban hacia adentro y sus mentes cantaban en otras épocas, y su tristeza era como descanso, igual que el sueño.” [p.305].
Personajes:
-          Familias:
o   Allen: Simon Allen
§  Simon hijo
§  Rudolph
o   Willis

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